No puede haber título más acertado, porque el último libro de Luis Landero, ‘Una historia ridícula’ ofrece una narración sencilla, llena de humor y disparatada, fantásticamente bien escrita, que nos presenta a Marcial, un hombre autodidacta que trabaja en una factoría cárnica y que posee un enorme don de palabra. Un buen día conoce a Pepita, que no solo es bella y fascinante, sino que parece tener todas las cualidades que él busca en una mujer: una buena posición social, exquisito gusto, relaciones sociales. La novela narra cómo Marcial la conquista, desbanca a otros pretendientes y qué hace en una peculiar fiesta en casa de su amada.

‘Amor’ es el primer libro de la novelista Maayan Eitan, que causó furor en Israel. La protagonista es Libby (‘corazón mío’, en hebreo), una prostituta que se pasea por una ciudad de la que no sabemos su nombre. Llama la atención de hombres y mujeres, pero no es especialmente guapa. Se sube y baja de coches con chóferes que no la hablan y comparte muchos ratos con otras trabajadoras sexuales. Libby no acaba de vivir su propia vida, sino la de otros, y está constantemente expuesta a la violencia y al abuso. Una obra de breves capítulos que ha sido comparada al ‘Cantar de los cantares’ y al tono de la serie ‘Euphoria’ que crea un personaje femenino irrepetible.

Alfaguara publica bajo el título ‘Nostalgia de otro mundo’ una recopilación de los mejores relatos de Otessa Mosfegh, la autora de ‘Mi año de descanso y relajación’, historias que se pudieron leer en medios como ‘The Paris Review’ o ‘The New Yorker’ y que la hicieron quedar finalista del Story Prixe 2018. Los personajes de sus historias tienen un punto que mezcla lo siniestro, lo adictivo y lo divertido. Como todos nosotros, desean que les amen y buscan un gesto de reconocimiento y ternura, pero se guían por impulsos primarios que les llevan a ser retorcidos y crueles. Así, en sus personajes acabamos reflejándonos nosotros mismos.

Durante la pandemia, la escritora americana Rebecca Solnit se refugió en una casa con un jardín en el que sobrevivían unos rosales que George Orwell había plantado en 1936. Esta anécdota le sirve a Solnit para plasmar en ‘Las rosas de Orwell’ una hermosa biografía del escritor de 1984, en la que aparecen también retratados otros personajes y obras. Por ejemplo, leeremos sobre las rosas de la fotógrafa Tina Modotti, sobre por qué estaba obsesionado Stalin con plantar limones en condiciones extremas de frío, la Guerra Civil española o la industria de las rosas en Colombia. Enamora, como siempre, con su prosa exquisita y certera.