CUENTOS DEL CLUB AMOR CONSCIENTE
Sarita tiene 5 años. Y se orina en la cama. Por la noche, los monstruos de su imaginación la atacan. Por las mañanas su niñera quien es su cuidadora ante la incapacidad de su madre de cuidarla esconde las sábanas para lavarlas sin que se enteren sus padres.
¿A que le tiene tanto miedo la niña? Por las noches ese miedo está justificado. Pero ¿y en el día?… La niñera descansa a veces los sábados, a veces los domingos.
Un domingo por la mañana, Sarita le pide a su mamá el celular para jugar un rato con él. Y la madre quien es una mujer que sufre constantemente de dolores crónicos de cabeza, no tiene paciencia ninguna hacia su pequeña hija. Le permite usar el teléfono con tal de que la deje en paz. Sarita toma el celular, pero no logra desbloquear la pantalla, su madre se ha dormido nuevamente como fruto de la pastilla que se ha tomado. Es mejor, no despertarla -piensa la criatura. Su madre se pondría muy enojada y quizás hasta le pegaría.
Papá quizás le pueda ayudar a desbloquear la pantalla. Y se dirige al estudio, donde su padre está hablando por teléfono. La puerta esta entreabierta. Y la niña alcanza a escuchar como papá susurra palabras de amor a alguien más… La niña no entiende porque él habla de esa forma a alguien. A mamá no le dice esas cosas… entonces con la ingenuidad de la edad entra al estudio.
Su padre la mira con enojo y le dice que porque entra sin tocar. De inmediato, la empuja para afuera, y Sarita piensa que papá está haciendo algo malo. Y quiere saber con quién está hablando. Pero no le puede preguntar. Tiene miedo de que se vuelva a enojar.
Durante la comida, su madre ya está despierta y Sarita quiere contarle. Mas no sabe cómo preguntar. Simplemente le dice que su papá estaba platicando con alguien que debió ser alguien muy querido. La madre de Sarita le pregunta porque dice eso. La niña le cuenta lo que escuchó por la mañana, cuando ella estaba dormida.
En ese momento, su madre se levanta muy enojada y se dirige al estudio, pero al parecer el papá de la niña ha salido. Muchas veces lo hace cuando la mamá esta dormida. Se va sin avisar. Pero esta vez, la mamá de Sarita le llama por teléfono. La niña percibe la tensión en casa. Y su madre comienza a gritar cosas por teléfono. Luego de un rato, al parecer su papá no le contesta nada. La mamá está cada vez más enojada. Y esperando que llegue él.
La niña ya anticipa una pelea fea entre sus padres. Pero lo peor es que cuando ellos se pelean, a veces se pegan. Y a veces le pegan. Corre a esconderse en el closet de su cuarto. Hace calor allí dentro, pero no quiere asomarse.
Se queda dormida allí. No sabe cuánto tiempo ha pasado. La despiertan los gritos de sus papás. La madre se ha ido a los golpes. Papá se ha enfurecido. Los gritos no la dejan en paz. Quisiera que su nana estuviera allí, al menos podría encerrarse en la habitación, y no dentro del closet.
– ¿Cómo puedes asegurar eso? -grita su papá… ¡eso es una mentira!
– Sara me lo dijo… ¡ella te escuchó! – la voz de la madre es como un trueno
– ¿Dónde está esa mentirosa? – y escucha a su padre entrar en la habitación.
El corazón de Sarita parece salirse del pecho. Por un momento imagina que, si cierra bien los ojos, papá no podrá encontrarla.
Pero se equivoca.
Luego de la paliza que recibe la niña… el padre se va de casa.
La madre esta encerrada en su cuarto. Sarita llora en silencio. Al darse cuenta del daño que ha provocado a su familia, está segura de que es su culpa. ¡Jamás se lo perdonará!