Si, aunque te sorprenda mi pregunta. Así es. Solemos actuar de formas insospechadas provocando a veces un desastre con nuestras decisiones de forma subconsciente.
¿Qué son las decisiones subconscientes? Acciones que creemos elegir, pero que en realidad únicamente reaccionamos a la mayoría de las situaciones. ¿En base a que reaccionamos? a cosas que ya traemos grabadas del ayer. Viejos patrones de comportamiento heredados y transmitidos de generación en generación.
Por eso afirmo que muchas veces actúas como tu peor enemigo. Como si al no darte cuenta de esos patrones repetitivos, estuvieras condenado a actuar de formas dañinas. Te explico para que no creas que soy pesimista.
Cuando aprendes a responder de una cierta manera, casi siempre buscando evitar el dolor, anhelando el placer, buscando lo fácil, agradable…como lo hacemos cuando somos niños… crecemos esperando que las personas y las situaciones sean ideales. Ante la cruda realidad de qué para vivir, hay que saber lidiar con el conflicto, si únicamente respondemos como lo hacíamos de pequeños, o copiando las conductas equivocadas de las principales figuras de nuestra vida, estaremos frustrándonos una y otra vez.
Sin poder resolver nuestra vida como los adultos que “somos”
Uno de los temas más trascendentes de nuestra vida, por ejemplo, es la elección de la pareja. Pero desafortunadamente no elegimos, sino respondemos a viejos modelos familiares que reconocemos en la otra persona. Y aunque no sean para nada sanos, al parecernos “familiares”, caemos de nuevo en esos viejos patrones que ya traemos.
El camino del autodescubrimiento, es un camino solitario y doloroso. Descifrar el enigma de porque actuamos como lo hacemos, implica mucho valor. Y más valor aceptar que hay mucho trabajo por hacer y modificar. Es solo para valientes.
Sin embargo, la buena noticia es que si un buen día nos damos cuenta que nuestra vieja y frustrada personalidad, ya no nos sirve, podríamos iniciar ese camino hacia la transformación de nuestra vida. ¿Cómo se inicia esto?
Pregúntate hoy. ¿Cómo son las relaciones que tienes con tu pareja (si la tienes)? ¿Qué tanto conflicto tienes a diario al intentar resolver problemas grandes y pequeños? ¿Sueles sentirte animado al despertar y al terminar la jornada del día o agotado y molesto?
Dependiendo de las respuestas que encuentres, quizás pudieras buscar ayuda profesional
Y darle a ese enemigo tuyo, la oportunidad de convertirse en un amigo de verdad.
Alguien que busque tu felicidad, en armonía con el resto de quienes te rodean y conviven contigo.
¿A que es una buena idea?