Hola apreciables lectores de esta hermosa revista en la cual colaboro desde hace más de 10 años. He decidido compartir a partir de esta edición, una serie de historias para reflexionar acerca del amor y del desamor. Y con ellas ayudarles a despertar más su conciencia amorosa. Me encantará recibir sus mensajes acerca de las mismas, ya que nutrirán mi ánimo para continuar en esta nueva faceta como escritora.

El Dr. Raúl Villanueva y la Dra. Flora Acevedo son ambos reconocidos médicos en aquella ciudad enorme, donde vive la pequeña Sandy. Mas allá de sus profesiones, son los padres de esa pequeña niña de 5 años.

Cuando Sandy cumplió 4 años, le pidió a su mamá que le regalara un hermanito en Navidad. Pero la madre le contestó que no era posible ya que no había más niños para ellos. Santa no tenía niños para regalar (ni ella tiempo para atenderlos), y Sandy desde entonces, se siente realmente sola. Sus papás no tienen mucho tiempo para convivir con su hija, a quien la cuida una niñera joven que recién contrataron. Las otras niñeras que Sandy ha tenido no han podido o querido quedarse con la familia de Sandy.

Esta Navidad Sandy, al ir creciendo, se siente cada vez más y más sola. Ha visto que las pocas veces que salen de paseo, suelen cada uno estar más pendiente de sus teléfonos que de su relación, no solo entre ellos, sino de la niña.

Esa tarde llevaron a Sandy a una hermosa Plaza comercial, donde un Santa Claus está sentado en su silla, escuchando a los niños que aún se atreven a pedirle a él lo que les gustaría recibir en navidad. Otros niños ya solo piden dinero a sus papás.

Sandy realmente quiere pedir algo especial esta vez.

Cuando al fin consigue que la lleven con Santa, ella le dice a Santa con voz bajita:

– ¿Tú me puedes traer cualquier cosa que yo te pida?

-Bueno, haría todo lo que este en mis manos nena. – le contesta Santa

-Yo no quiero mas juguetes Santa. – y con lágrimas en sus ojos le susurra

-Quiero unos papás.

– ¿Cómo? ¿Esas personas que te traían de la mano, no son tus papás? ¿son tus tíos?

– No. Ellos son quienes viven en la casa donde yo vivo.

– Ah vaya… – contesta Santa. – ¿Y entonces tus papás dónde están?

– Supongo que en algún lugar. Por eso quiero encontrarlos Santa. ¿Tú puedes traérmelos?

– Pues no puedo asegurarte que vengan, pero haré lo posible.

Santa quizás piensa o que los padres de esta pequeña niña ya murieron, o que quizás viven fuera por alguna razón, y prefiere no comprometerse más.

Y Sandy piensa que Santa quizás no pueda traerle unos padres que se quieran y que jueguen con ella, o por lo menos, le hagan caso.

Esa noche, es nochebuena. Sandy se acuesta imaginando que quizás al día siguiente tenga cerca unos padres que le dediquen al menos unas horas sin distraerse con sus pacientes o viendo videos…

Es ya Navidad, Sandy se levanta con la esperanza de ver hecho el milagro.

Pero en lugar de eso, ya recibió su regalo, un teléfono celular de nueva generación, con muchas aplicaciones para que también pueda entretenerse y no añorar una familia para ella.

Pueden escribirme al correo: contacto@sanaturelacion.com

Gracias y Felices fiestas 2022-2023.