Es amor. Es esperanza. Es fe.

Es alegría.

Es principio de Redención.

Es una etapa de nuestra historia de Salvación.

Es encuentro con Cristo, Niño.

Es conversión y renovación.

Es paz interior.

Es vida nueva.

Es camino que se abre para el tiempo

y para la eternidad.

Es verdad que se alimenta del Amor.

Es vida que fructifica y madura,

sin dejar de nacer siempre.