Yo creo que las personas no se olvidan.
No puedes olvidar quien un día te hacía sonreír,
quién te hacía latir el corazón, quién te hizo llorar por horas enteras.
Las personas no se olvidan.
Cambia la forma en que nosotros las vemos,
cambia el puesto que ocupan en el corazón,
el lugar que ocupan en nuestra vida.
Hay personas que han sacado lo mejor de mí,
sin embargo, ahora entre nosotros, sólo hay un simple «hola».
Hay personas que a pesar de que me hayan hecho derramar lágrimas,
me han cambiado la vida, me han enseñado a vivir.
Me enseñaron a ser lo que soy.
Y, aunque hoy entre nosotros queda solamente
una sonrisa o un simple hola,
serán para siempre parte de mi vida.
Yo no me olvido de nadie.
No me olvido de quién tocó con la mano,
al menos por una vez en mi vida.
Porque si lo han hecho,
significa que el destino ha querido que me encontrase
también con ellos antes de seguir adelante.
Texto: Luciano Ligabue.
Fotografía: Faye Thomas.