Vivimos en un mundo donde imperan las conductas de desamor. En el interior de los hogares impera el pleito, la discusión, la intolerancia y por ende, el desamor. ¿Por qué somos tan incapaces de crear hogares llenos de dulzura, alegría y amor? Hay una respuesta contundente. Estamos llenos de defectos en el interior. Pero nos creemos “buenos, santos y amorosos” …

Suena crudo, lo se. No somos del todo culpables. La realidad es que vivimos exaltando esa cultura del EGO. Del “Yo-Yo”. Y sin darnos cuenta, hacemos mal las cosas. Y Nos justificamos ante nosotros mismos. Y hoy te pregunto amable lector, ¿Qué nuevas conductas cotidianas te ayudarían a sembrar semillas de amor?

Te comparto algunas buenas ideas:

  1. Al levantarte da gracias a Dios por una nueva oportunidad. (Aun cuando el día anterior, las cosas no te hayan salido como querías)
  2. Saluda con un “buenos días” a tu pareja, hijos, con todos aquellos con los que vives. (Quizás mañana alguno ya no esté)
  3. Trae a tu mente algún recuerdo muy agradable antes de iniciar tus actividades diarias y sonríe. (En lugar de pendientes o problemas)
  4. Desayuna con calma mientras escuchas alguna música elevada, la mejor para iniciar el día es la música clásica. (Beethoven, Chopin, Mozart)
  5. En el trayecto a alguna parte, recuerda actuar con amabilidad, si manejas o no. (Cede el paso, camina por donde se debe, cede el asiento a personas mayores, o mujeres embarazadas, o a quien quieras)
  6. Todos los días dirige una palabra de aliento a las personas con las que convives. (Desde un gracias, hasta reconocer alguna virtud en ellas)
  7. Abraza, besa, toma de la mano a esas personas que dices amar. (Mañana quizás sea demasiado tarde)

Recuerda la famosa regla de oro, que casi nadie practica: “Trata a otros, como quieras ser tratado”. Si sigues esa máxima, serás uno de esos extraños seres, que estará sembrando amor, a pesar de tanta oscuridad.

¿Sabes de donde viene el Desamor?…

DEL MIEDO. Cada vez que alguien se porta mal, su motivación viene de algún tipo de miedo. Miedo a perder algo, miedo a que le pase algo, miedo a fracasar… y justo por sentirse así, reacciona con conductas inadecuadas.

Ahora, si todos en lugar de tener miedo, sembramos amor en nuestros corazones, haremos que los demás vayan recibiendo esos pequeños detalles de afecto, aceptación, apoyo. Un corazón lleno de miedo se va volviendo cada vez más insensible, egoísta, indiferente al dolor ajeno. Un corazón que despierta al amor, es sensible. Sabe compartir, sabe escuchar, sabe conectarse con los demás.

¿De que lado de la humanidad decides estar?